Las dos caras del invierno

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El invierno es complejo, o al menos para mí con el paso del tiempo lo ha llegado a ser y en el intento de poner en palabras estos pensamientos un tanto abstractos que tengo de él en mi cabeza, terminé por compararlo con una moneda. Creo que el invierno, al igual que una moneda, tiene dos caras. Por un lado puede representar gratitud por las otras estaciones que ya viven en el pasado, la esperanza que viene al anticipar (en todo sentido) días más soleados, o tal vez el tan necesario alivio del calor humano en días obscuros; mientras que en su otra cara puede cargar lo opuesto, representando lo sombrío, la incertidumbre y pérdida, o simplemente indiferencia al paso del tiempo y la vida misma. Pero, ¿qué se hace una vez que se toma al invierno como moneda en mano? ¿Será que la única opción es vivir echando suertes, lanzando una moneda al aire esperando obtener al azar y por suerte lo que deseamos?

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El invierno es complejo, o al menos para mí con el paso del tiempo lo ha llegado a ser y en el intento de poner en palabras estos pensamientos un tanto abstractos que tengo de él en mi cabeza, terminé por compararlo con una moneda. Creo que el invierno, al igual que una moneda, tiene dos caras. Por un lado puede representar gratitud por las otras estaciones que ya viven en el pasado, la esperanza que viene al anticipar (en todo sentido) días más soleados, o tal vez el tan necesario alivio del calor humano en días obscuros; mientras que en su otra cara puede cargar lo opuesto, representando lo sombrío, la incertidumbre y pérdida, o simplemente indiferencia al paso del tiempo y la vida misma. Pero, ¿qué se hace una vez que se toma al invierno como moneda en mano? ¿Será que la única opción es vivir echando suertes, lanzando una moneda al aire esperando obtener al azar y por suerte lo que deseamos?

El invierno es complejo, o al menos para mí con el paso del tiempo lo ha llegado a ser y en el intento de poner en palabras estos pensamientos un tanto abstractos que tengo de él en mi cabeza, terminé por compararlo con una moneda. Creo que el invierno, al igual que una moneda, tiene dos caras. Por un lado puede representar gratitud por las otras estaciones que ya viven en el pasado, la esperanza que viene al anticipar (en todo sentido) días más soleados, o tal vez el tan necesario alivio del calor humano en días obscuros; mientras que en su otra cara puede cargar lo opuesto, representando lo sombrío, la incertidumbre y pérdida, o simplemente indiferencia al paso del tiempo y la vida misma. Pero, ¿qué se hace una vez que se toma al invierno como moneda en mano? ¿Será que la única opción es vivir echando suertes, lanzando una moneda al aire esperando obtener al azar y por suerte lo que deseamos?

 

Ficha técnica:

  • Tomada con Kodak Portra 800.

  • Impresión fotográfica sobre papel de algodón liso.

  • Enmarcado en madera banak.

  • Medida total: 60x40cm.

Incluye:

  • Carta con dedicatoria y descripción de la pieza.

  • Ficha técnica impresa.

  • Funda hecha a la medida.